Por: Graysen Martínez Ocasio*/Publicador de TRT—
Este fue un momento histórico, el 26 de junio, cuando la Corte Suprema de la nación—en un voto 5-4—declaró que las parejas del mismo sexo tienen el mismo derecho que las parejas del sexo opuesto a unos derechos civiles inequívocos ante la ley. Esta decisión le otorga a todas las parejas gay la legitimidad al matrimonio civil en los Estados Unidos y sus territorios. El triunfo inundó las redes sociales con el “hashtag” #LoveWins (#TriunfaelAmor). Los famosos como Ricky Martin, Gloria Estefan, Salma Hayek y otros (gays y alíados), celebraron la indudable ocasión.
Hubo inmediatamente bodas en estados en los que nunca se esperó el matrimonio gay. Desde la decisión Suprema, la tierra sigue girando sobre su eje, y no han habido calamidades, como las predichas por los fundamentalistas religiosos. Estas personas, a quienes no tengo el interés de nombrar, son seres humanos que verdaderamente dan lástima. Al llamarse “Cristianos”, una palabra que deriva del nombre Jesucristo y quién nunca habló de los gays, estas personas difunden odio en el nombre de Dios. En la nación donde vivo, la palabra “homosexual” no se utiliza y se considera de mal agrado personal y profesionalmente, por lo que no la usaré en esta columna.
Los “fundamentalistas religiosos” se han llenado la boca al degradar, juzgar y condenar, ellos mismos, a las personas gays. ¿Por qué? Aparentemente, esta decisión les afecta a ellos personalmente, aunque no entiendo cómo. Por lo cual se han dado a la tarea de difundir su odio en contra de hijas/os de Dios. Sí, los gays y la comunidad LGBTT son todos hijas/os de Dios. Es tan así el terrorismo espiritual de estos “religiosos” que sus palabras han destruido a miles de personas gays en el mundo entero. El suicidio de las personas gay, los jóvenes y niños gay y transgénero son los más altos de la nación. Sin embargo, los fundamentalistas religiosos continúan con su plan. Al salir esta noticia que tan sólo nos otorga el derecho al matrimonio civil y los derechos que ya las parejas del sexo opuesto han gozado por años, estos terroristas religiosos se dieron a la tarea de aumentar su odio. Tristemente, es un odio que no tiene fundamento y que nace de la ignorancia y el deseo desenfrenado de mantener aterrorizada a la comunidad que les escucha. ¿Cómo lo hacen? Ellos se proclaman pastores, sacerdotes y personas dotadas del conocimiento y la interpretación necesaria para juzgar y condenar a otros, algo que es un “pecado” el cual ellos deciden convenientemente olvidar. Los teólogos e historiadores más destacados, como John Boswell, Profesor de Historia en la Universidad de Yale; L. William Countryman, Profesor de Nuevo Testamento en la Universidad de Berkeley; y Robin Scroggs, del Union Theological Seminary, nos muestran a través de dos libros publicados que “aquellos que perciben en los pasajes bíblicos una condena de la homosexualidad, ha sido por una errónea traducción y/o una pobre interpretación de los textos”. Déjeme decir eso otra vez. Ha sido por una errónea traducción y/o una pobre interpretación de los textos.
Si no quiere que una persona gay se case, no se case con una persona gay. Si no desea tener hijos, use métodos anti-conceptivos o no tenga sexo con una persona del sexo opuesto. Si no le gusta que otras parejas del sexo opuesto opten por no tener hijos biológicos, no sea amigo de ellos. Pero, no trate de impresionar a otros con mentiras que nacen de su incomodidad con las personas gay o con otros seres humanos. Ninguna de sus “creencias” le dan el derecho a no seguir los mandamientos cardinales de los que Jesucristo les habló a sus discípulos cuando le preguntaron cómo obtener al reino de Dios. A lo cual la Biblia—la palabra de Dios según ustedes mismos—dice que Jesucristo contestó en Lucas 10:27 (en varias versiones de la Biblia: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Si su religión, amiga/o lector/a profesa lo contrario, entonces no es la de una iglesia cristiana, y no sigue el mandamiento más común del que Jesucristo habló.
Si juzga, peca; si odia, peca; si predica odio, peca; si le desea mal a otro, peca; si hiere a un/a hijo/a de Dios, peca, si le miente a otros, peca; si es infiel, peca, etc. Es claro, y si desea hablar del viejo testamento en contra de los gays, recuerde que si come tocineta o mariscos, también peca y eso está escrito en Levítico, en los versos adyacentes a los que se refiere usted a menudo para condenar la “homosexualidad”. Esté pendiente de quien le habla sobre Dios y como lo hace. Si sabe discernir, no se entorpecerá su clara educación e interpretación de la misma. Esto debe suceder al leer manuscritos, investigaciones, etc. provenientes de fuentes fidedignas.
Antes de cerrar esta columna, deseo dejarle saber a nuestro colega y amigo Wilfred Labiosa, hijo, que le enviamos—todo el equipo del periódico The Rainbow Times—un sentido pésame por la muerte repentina de su padre, reconocido pintor y acuarelista de ascendencia puertorriqueña, Wilfred Labiosa, Padre, cuyo sepelio se llevó a cabo en la Galería W. Labiosa en el Viejo San Juan, Puerto Rico. No hay palabras que expliquen cuan compungido están nuestros corazones ante tal repentino fallecimiento. Le enviamos a Wilfred, a su madre y al resto de su familia nuestro pésame y le acompañamos en sus sentimientos ayer, hoy, y mañana.
*El autor es el publicador del periódico The Rainbow Times. Posee una Mestría de Administración de Empresas de la Universidad de Marylhurst, Portland, Oregon; y un Bachillerato en Periodismo de la Universidad de Temple, Philadelphia, PA. Comuníquese con él a: publisher@therainbowtimesnews.com.