Por: Graysen M. Ocasio*/Publicador de TRT—
Hace un poco más de dos semanas que mi vida cambió drásticamente. No fue porque salí del clóset, pues esa noticia fue la mejor que he tomado en toda mi vida. A la noticia a la que me refiero es la del paso devastador del huracán María a través de la colonia americana que muchos latinoamericanos conocemos como Puerto Rico.
Allí fue donde nací y donde la mayor parte de los recuerdos de mi adolescencia se quedaron. Ya dichos recuerdos se los llevó María repentinamente y sin piedad. No tuvo misericordia con la isla, que ya de antemano debido a la terrible situación financiera en la que se encuentra, estaba de malas en peores. No tan sólo eso me quitó el sueño, sino los días que estuvimos Nicole y yo pegados a las noticias, las redes sociales, marcando teléfonos frenéticamente para tratar de comunicarnos con nuestra familia en la isla. Fue agonizante no saber de ellos. Les agradezco a aquellos quienes dijeron presente durante este momento tan difícil para nosotros y para los miles de boricuas que no teníamos comunicación alguna con nuestros seres queridos.
Cuando finalmente escuchamos de ellos, pensamos que íbamos a sentirnos bien súbitamente. Sin embargo, la situación se tornó más difícil pues ahora la preocupación venía del hecho de que no tenían disponibles las necesidades básicas que cualquier país con algún tipo de infraestructura (de antaño o no) disfruta hoy día. La forma en la que los puertorriqueños vivían y existían no existe nada más. Todo lo que conocían, las referencias visuales de edificios, luces de semáforo, los autos y las viviendas que llamaban suyas fueron perdidos ante tal azote de nuestra madre naturaleza. Poco quedó, si algo, del Puerto Rico del ayer. Y ahora los boricuas están tratando de sobrevivir dicha calamidad—nuestra familia incluida.
Ni tan siquiera podemos enviarle paquetes con suministros y comida, pues los correos postales en la mayor parte de la isla no están abiertos o han cerrado definitivamente, dependiendo de cuán fuerte les pegó María. Lo que pienso es que sigo guardando y comprando cosas que necesiten para cuando uno de los correos cercanos a ellos abra. Si eso no sucede, determinaremos si ir a la isla por un día o dos es lo que debemos hacer. Eso, sin embargo, presenta más dificultades pues significa llevar más bocas y cuerpos a un area que no tiene suficientes recursos para los que, en algún momento, las ayudas federales indemnicen. Pero, no vamos a dejar que nuestra familia sufra tampoco. De la misma forma que Scot y Fara han tratado de ayudarnos física y emocionalmente, también con la hospitalidad que le ofrecen a nuestra familia en su propio hogar, de esa misma forma queremos obrar con nuestra familia. Eso no ha cambiado ni cambiará nunca. No hay muchos seres humanos tan genuinos como esta pareja judía que nos ha dejado perplejos ante su amor genuine por nosotros. ¡Gracias Scot y Fara!
A otro tema, pues no quiero que se me olvide hablar de las elecciones. Por favor vote el 7 de noviembre. Si usted conoce a alguien, tiene familiares o es una persona que cree en la igualdad para todos, entonces trate de informarse para que vote por los candidatos que viven dichos ideales que usted mantiene como parte de su compás moral y de compasión. Voy a apoyar a los candidatos que apoyen la Pregunta 1 (votaré Sí) para mantener a Salem una ciudad Santuario. Recuerde, tiene que votar “Sí” para que aquellos hermanos y hermanas inmigrantes puedan encontrar que Salem es una jurisdicción santuario para ellos. De lo contrario, ICE se los podrá llevar en prácticamente cualquier área en la ciudad. Y, recuerde de votar por los candidatos que exhiban igualdad hacia otros grupos marginados, tales como los que luchan por los derechos de la mujer, de los niños, del resto de los hispanos, de la comunidad LGBTT, de las personas morenas, las discapacitadas, los encarcelados, las personas de la tercera edad, etc. He dicho esto muchas veces y lo comparto otra vez.
No vamos a cambiar leyes ni el estatus quo si no nos unimos y peleamos por nuestros derechos civiles, todos por todos. Si dejamos a otros grupos marginados fuera de nuestra protección y radar, entonces no somos diferente y tenemos los mismo prejuicios que otros. Es lo mismo que otros hacen al usar el racismo, sexismo, homofobia, transfobia y etc. para marginar a otros que se merecen nuestro apoyo, pues nos apoyan como latinos. No podemos discriminar si no queremos que se nos discrimine. ¿En qué cabeza cabe eso? Y, recuerde también que los derechos transgénero estarán en la papeleta de votación en noviembre del 2018, así como los derechos hacia los inmigrantes (la Pregunta 1 – Santuario de Paz) estará en la papeleta de votación de Salem el próximo mes. Infórmese sobre esto también, pues esos derechos los necesito y necesitamos muchos en estas otras interseccionalidades a las que pertenecemos muchos hispanos también, en este caso al ser parte de la comunidad transgénero o la “T” en las siglas LGBTT.
También recuerde que es el mes de octubre es mes de Historia LGBT, el día 11 es el día Internacional Para Salir del Clóset, y (por supuesto) Halloween. Y, finalmente trate de hacer una diferencia en la vida del prójimo pues hoy puede que sea por ellos y mañana por y/o para usted.
*Graysen M. Ocasio es el publicador de TRT. Es un graduado de periodismo de Temple University y de administración de empresas (maestría) de Marylhurst University. Comuníquese con él a: publisher@therainbowtimesnews.com.