Hipocresía y Homofobia del Papa Francisco

Francisco “El Jimagua” Cartagena Méndez
Foto: Facebook
Francisco “El Jimagua” Cartagena Méndez Foto: Facebook

Francisco “El Jimagua” Cartagena Méndez
Foto: Facebook

Por: Francisco “El Jimagua” Cartagena Méndez/Columnista de TRT—

Entonó el Papa Francisco el agnusdéi del discrimen y la homofobia. No es nada nuevo que el verbo opresivo del fundamentalismo religioso ha estado presente siempre dentro de la iglesia católica. Como una vejación podemos resumir el encuentro entre el Papa Francisco y la homofóbica Kim Davis. Recientemente, sin embargo, el Vaticano estableció que la situación no había sucedido como reportada por ciertos grupos republicanos y anti-gays de la nación. Su reunión con Davis, de acuerdo a una cadena de Telemundo, no expresa “apoyo” a la postura de ella.

Pero, ¿por qué escondió el Papa su reunión con Davis, y no fue hasta que llegó al Vaticano que se hizo pública dicha reunión? Quizás en su hipocresía, el Papa Francisco sintió vergüenza o simplemente sabía que no era conveniente que se hiciera público el asunto mientras estaba en suelo estadounidense.

La homofobia es el acto de antipatía u odio hacia las personas gays. En su definición más amplia, se refiere al rechazo, temor, repudio, prejuicio y discriminación en contra de hombres y mujeres que se reconocen así mismos/as como homosexuales. La homofobia tiene efectos negativos a nivel individual y social. [pullquote]La homofobia es el acto de antipatía u odio hacia las personas gays. En su definición más amplia, se refiere al rechazo, temor, repudio, prejuicio y discriminación en contra de hombres y mujeres que se reconocen así mismos/as como homosexuales. La homofobia tiene efectos negativos a nivel individual y social.[/pullquote]

En su reunión con la funcionaria de Kentucky, la prensa general primero y luego la prensa republicana y homofóbica estadounidense reportaron que, en dicha reunión, el Papa había apoyado el que Davis se negara a certificar el matrimonio de una pareja de varones gays. Al parecer, el Papa ha abrazado nuevamente la homofobia, aún cuando en el pasado ha realizado expresiones de apertura en torno a los derechos de la comunidad LGBTT y la inclusión de los gays en la iglesia católica.

Davis fue encarcelada durante cinco días por negarse a entregar un certificado a una pareja gay, alegando que su religión se lo impedía. Esta mujer evangélica de 49 años (que se ha casado en tres ocasiones), fue liberada luego de que declarara bajo juramento que obedecería una orden de la corte que le exigía emitir certificados de matrimonio a todas las parejas legalmente aptas.

Si la “reunión” sucedió como fue primero informada, entonces la hipocresía y la homofobia del Papa Francisco es una afrenta a nuestra inteligencia. Por un lado, habla del amor los unos con otros, pero se mantiene firme en perpetuar el discrimen religioso en contra de los gays, imponiendo su creencia religiosa sobre las leyes y los derechos humanos. Si no fue así, entonces los medios de comunicación tienen que hacer un mejor trabajo de reportar lo acontecido clara y objetivamente.

La pregunta amerita reiteración, ¿”por qué no se reunió con Davis abiertamente durante su viaje”? [pullquote]Si la “reunión” sucedió como fue primero informada, entonces la hipocresía y la homofobia del Papa Francisco es una afrenta a nuestra inteligencia. Por un lado, habla del amor los unos con otros, pero se mantiene firme en perpetuar el discrimen religioso en contra de los gays, imponiendo su creencia religiosa sobre las leyes y los derechos humanos. Si no fue así, entonces los medios de comunicación tienen que hacer un mejor trabajo de reportar lo acontecido clara y objetivamente.[/pullquote]

En los cimientos de la iglesia católica hay mucha sangre derramada. No podemos olvidar las cruzadas y otros tantos crímenes que permanecen ocultos dentro de sus enormes catedrales. Corrupción, asesinatos, engaños, espionaje, sexo y orgías son unos pocos ejemplos de la hipocresía eclesiástica.

Una institución que se caracteriza por ocultar y poseer miles de casos de sacerdotes que han abusado sexualmente de niños y niñas, no tiene moral alguna para hablar de valores, de la familia o sobre el supuesto “pecado” de la homosexualidad.

Luego de crear una imagen “progresista”, el Papa Francisco ha dejado en evidencia que sigue siendo un conservador. No se pueden olvidar sus expresiones homofóbicas al referirse hacia los gays: “imposición de modelos y estilos de vida anómalos”, “amenaza a la familia”, o que la teoría de género es contra natura. Esta última expresión refleja su transfobia.

El Papa Francisco debe reconocer que el discrimen y la homofobia son actos crueles y que repercuten negativamente en la sociedad. Las consecuencias en la persona que es discriminada van desde el sufrimiento, afección psicológica, efecto negativo en las relaciones interpersonales y posibles suicidios. Además la homofobia fomenta la agresión contra gays.

El amor al prójimo no puede ser incompleto, mucho menos condicionado. Las creencias religiosas no deben utilizarse para discriminar, pisotear o perseguir a las personas gays. Existe una gran variedad de creencias religiosas, por lo que tampoco se puede imponer una creencia en particular sobre las demás.

Resulta interesante que el máximo líder de la iglesia católica se reuniera con una evangélica, por aquello de que los evangélicos acusan a los católicos de ser “idolatras” y llaman a la Virgen María “La Gran Ramera”. Pareciera que para lo único que ambas religiones pueden juntarse o estar de acuerdo en una misma ideología, lo es en la idea y la acción de discriminar a los gays.

Los países democráticos tienen como menester asegurar la separación entre iglesia y estado. Los asuntos seculares, las leyes, y  los derechos humanos no pueden estar sujetos a interpretaciones religiosas sumidas en el discrimen y el odio.

La equidad continúa avanzando al mismo tiempo que los fundamentalistas sangrando por la herida, recrudecen su homofobia. Para comentarios envíele un correo electrónico al autor: eljimagua@live.com | Twitter: @eljimagua.

*Escritor y activista de derechos humanos de Puerto Rico. Editado por Graysen Martínez Ocasio.

banner ad